La terraza permite la entrada de luz en el comedor del castillo y es a la vez el espacio de acceso a la torre del homenaje. Antiguamente, en este primer piso de la torre tenía lugar la celebración de los actos de caballería.
Este espacio exterior ofrece una vista espléndida de los terrenos de la finca y puede verse una de las tres grandes vidrieras que iluminan la parte más noble de la torre, así como también el acabado de la torre a base de matacanes.
Enric Fatjó i Torras
(Sabadell, 1862-Reus, 1907)
Fue un arquitecto modernista, activo entre final del siglo XIX e inicios del siglo XX.
Fue arquitecto municipal de Badalona y de La Garriga. Entre sus obras destacan dos en su ciudad natal, Sabadell: la casa Taulé (1902) y la casa Turull (1904). En Barcelona reformó la Casa de la Misericòrdia entre 1897 y 1908, en la que llevó a cabo cambios notables.
A principios del siglo XX, el proyecto de reforma del arquitecto Enric Fatjó i Torras dotó al castillo de Vila-seca de un aire de construcción de estilo neogótico a todo el conjunto.
A través de la terraza de la planta noble del castillo, se puede ver el acceso de escaleras a la primera planta de la torre del homenaje. En este espacio, con bóveda ojival, se encuentra una sala mirador con grandes ventanales neogóticos llenos de tracerías que dominan el territorio que era propiedad del castillo. A partir de este nivel, y mediante una escalera de caracol de madera, se accede a la cubierta de la torre, dejando en el medio un nivel en desuso como cámara de ventilación. La torre se culmina con
una terraza, con una baranda o círculo de matacanes y una casamata en cada una de las cuatro esquinas.
Desde esta terraza mirador, se puede apreciar los diferentes elementos neogóticos de la construcción, lo que la convierte en un espacio que permite conectar los diferentes ámbitos interiores del edificio con la visión exterior del mismo.
Las fachadas del edificio son los elementos más representativos de la arquitectura de estilo neogótico que caracterizan la construcción. En cuanto a la composición, las fachadas del castillo están configuradas por una base de piedra lisa, sobre la que se asienta el cerramiento con piedra de soldó; en la planta noble se localiza una cornisa que recorre todas las fachadas, y en la parte del remate hay una hilera de almenas.
La fachada sur es la que podemos denominar fachada principal. Dispone de un gran portalón de acceso con un arco rebajado y a su lado hay varias ventanas.
En el nivel de la planta noble, la fachada principal cuenta con un gran ventanal neogótico, con tres aberturas cubiertas con arco apuntado y tracerías. Este ventanal corresponde a la gran sala noble o de las vidrieras, y a cada lado encontramos dos ventanas más, con dintel plano y tracería gótica. La torre situada en la esquina derecha del edificio dispone, a la altura de este nivel, de un balcón con unas ménsulas muy grandes. Al lado opuesto, el que corresponde a la esquina izquierda, se encuentra una gran escultura de aire medieval que representa a san Isidro, en referencia al primer conde de Sicart, Isidre de Sicart Torrents. La fachada principal, al igual que el resto, está rematada por una hilera de matacanes y almenas.
La fachada este del edificio cuenta con una serie de ventanillas de arco apuntado en la planta baja y grandes ventanales en el nivel de la planta noble. El elemento más destacado de esta fachada es la gran abertura de acceso a las caballerizas, realizada con un pórtico de arco rebajado.
La fachada norte del conjunto del castillo está presidida por la torre del homenaje, en la que puede apreciarse, en tres de sus caras, grandes ventanales neogóticos.
Por último, la fachada oeste se caracteriza por disponer de la composición volumétrica de la escalera de servicio exenta, además de tener numerosos ventanales, que corresponden en la planta baja a las habitaciones del servicio y en el nivel de la planta noble a los dormitorios.