El edificio cuenta con una pequeña planta sótano a la que se accede a través de la escalera de servicio situada en al zona izquierda del castillo.
Esta planta dispone de tres pequeños espacios, que eran utilizados como bodega y donde se encontraban los lagares subterráneos separados por cámaras de grandes sillares de piedra aislantes y ventiladas. El diseño arquitectónico de estas salas respondía a la necesidad de funcionalidad para optimizar la producción del vino mediante métodos constructivos modernos.
La función como bodega de esta parte del castillo comenzó en tiempos de la familia Kies, pues ellos fueron productores de aguardiente.
Posteriormente, en época de los Sicart, la bodega continuó siendo relevante ya que coincide con un momento de aumento y expansión de la producción vitivinícola en Catalunya. Este hecho se relaciona con la construcción de la bodega sindicada agrícola de Vila-seca, situada al lado del castillo.
La bodega de Vila-seca
Es una obra del municipio de Vila-seca incluida en el inventario del Patrimonio Arquitectónico de Catalunya. En el año 1973 se fundó el Sindicat Agrícola de Vila-seca, que ese mismo año le compró al conde de Sicart los terrenos para construir una bodega. El proyecto fue encargado al arquitecto Pere Domènech Roura (1881, Barcelona-1962, Lleida), hijo del arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner.
Los trabajos de construcción se iniciaron en marzo de 1919 y en 1920 ya se recibió cosecha. La obra se realizó con piedra de sablón de la partida de tierras de «les garrigues». Parece que en la construcción participaron casi todos los contratistas y albañiles de la localidad.
A finales del siglo XX, esta bodega cooperativa paró su actividad, cuando se arrancaron las viñas y la agricultura dejó de ser la principal actividad del municipio.
El edificio es propiedad del Ajuntament de Vila-seca y la entidad municipal decidió destinarlo a usos culturales.