Esta sala noble funcionaba como espacio de recepción. Es el eje vertebrador alrededor del cual se distribuyen todos los espacios del edificio. Destacan las vidrieras, que aportan luz y color a la sala, y una gran lámpara central, donde se puede observar el escudo de la familia Sicart con la mitra papal. Este elemento hace referencia al título nobiliario pontificio concedido por el papa Pío IX a Isidre Sicart i Torrens, primer conde de Sicart.
La estancia de las vidrieras es la sala noble del castillo, que cumplía las funciones de gran sala de estar y de recepción. Se accede a la misma a través de una gran escalera balconada que comunica esta planta con la de abajo.
La sala de las vidrieras es un gran espacio abierto con amplios ventanales, con vidrieras de cristal de color y emplomados. La vidriera emplomada es una composición formada por cristales de colores que se cortan siguiendo un diseño y se unen mediante unas tiras de plomo. Una vez terminado, el plafón resulta impermeable, por lo que permite su colocación tanto en el interior como en el exterior.
Las vidrieras de la sala noble miran hacia el jardín situado en la parte sur de la finca. A través de esta gran vidriera de gran colorido, se disfruta de una vista privilegiada de toda la zona exterior del castillo que rodea el conjunto. Se puede apreciar la verja perimetral, de composición transparente, con la que se transmite la idea de que este patrimonio es de todos y todas, contrariamente a la imagen anterior del conjunto del castillo y la finca, que quedaba cerrado por un muro alto.